Un Adiós en un Sueño
De “Rosas
en el viento
Todos miraban con pena a Isabella, la pobre chica que estaba
inconsolable desde aquel día en que su amiga había desaparecido. Nadie sabía
nada de ella, pero como no había ni un solo indicio del caso, a pesar de tener
pocos días, la mayoría ya la daba por pérdida. Aun asi Isa no se resignaba,
ella aun quería encontrar a su amiga, y esa deprimente forma en la que estaba
demostraba que sufría por no lograrlo.
Todos en la universidad ya sabían que hace unos días Kelina
había desaparecido sin dejar rastro. Su auto había sido hallado en la casa de
sus padres, pero nadie entendía donde estaba. La buscaban tanto en la ciudad
como en su lugar natal, pero no había indicios de nada, simplemente, Kelina ya
no estaba.
Isa, además de sus padres, parecía la más afectada. Estaba
completamente desconsolada, su amiga, su mejor amiga. Nadie sabía nada de ella,
solo desapareció, y eso solo creaba más desesperación en ella.
De lejos vieron a otro más en su intento por animarla, pero sabían
que había nulas posibilidades de que funcionara.
— Hola Isa — la saludo un chico de cabello negro muy
amablemente, seguramente con esperanzas de levantarle aunque sea un poco el
ánimo.
— Hola Troy —le correspondió con desgano. Definitivamente,
hoy no estaba de humor, solo había
tristeza.
— Sigues mal? —le pregunto triste.
— Claro que sigo mal, Kelina no aparece — le respondió lo
“obvio” para ella, con mucha desolación.
El no se dio por vencido.
— Oye, unos chicos… — y Isa lo paro en su intento de invitación.
— Ya me voy Troy, debo ir a clases, adiós — se despidió
usando un tono muy serio. Para cualquiera que no la conociera hubiera estado
bien, pero Isa siempre era alegre y positiva, siempre hablando y riendo, no
parecía ella.
Lo dejo con la palabra en la boca y siguió su camino a
dentro del edificio.
Ese chico, igual que el resto había fallado.
Isa no podía concentrarse en nada, solo pensaba en su amiga.
¿En dónde estaba Kelina?, ¿Por qué razón había desaparecido?, ¿Por qué aun no
la encontraban? Las clases eran un fastidio para ella, no podía hacer nada bien
ahí, y al mismo tiempo le hartaba “seguir con su vida” sin que Kelina apareciera.
Su amiga tenía que está en alguna parte, pero ¿dónde?
— Señorita Keller — oyó una voz distante — señorita Keller —volvió
a oír la misma voz con tono molesto y noto que le hablaban a ella.
Volteo su rostro hacia arriba para encontrarse con la mirada
furiosa de su profesora. No importaba, hoy no tenía ganas de nada, ni siquiera
de ser buena alumna.
— Si, maestra? —
Ponga atención o la sacare del salón — la amenazo.
Eso fue como música para los oídos de ella.
— Bien — dijo y se levanto saliendo fuera de clase en la que
no quería estar.
Isa salió fuera de la universidad con una molestia. Tenía
jaqueca, pero era normal si habías estado la noche en vela sin poder dormir.
Ella no podía dormir bien desde que su amiga no aparecía.
Tomo un taxi hasta su casa, aquella que compartía con Kelina
y sustentaba con ayuda de sus padres. Entro con desgano y solo pensó en una
cosa. Olvidarse de todo porque nada le interesaba, no en esos momentos.
Llego hasta su sofá y ahí se quedo un largo tiempo, viendo
la televisión o tratando de dormir, lo que sea menos concentrarse en sus
responsabilidades, solo intentando olvidar.
Con frustración se levanto después de recordar que no había
revisado su contestadora, si no les llamaba, iban a pensar que pudo morir, y
vendrían, Isa no quería eso.
Y justo cuando llegaba al teléfono como si su madre fuer
telepata este comenzó a sonar con una llamada entrante de ella.
Tomo en aparato y con mucho desgano contesto.
— Hola mama —
— Hola hija, ¿Cómo
estás? —
Isabella frunció el seño, ya estaba harta de que la trataran
igual.
— Bien —
— ¿Ya estas mejor?
—si no fuera su madre le hubiera aclarado que era un pregunta estúpida, pero
quizás era el mal humor el que hablaba por ella.
— No mama, aun quiero que aparezca Kelina — se quejo. A ella
supuestamente también le agradaba Kelina, ¿Por qué se comportaba asi?
— Yo sé, pero…
— ¿pero? —
— Has estado muy
decaída desde su desaparición y ya no quieres nada, te hace mal estar asi, se
que la extrañas pero debes pensar en ti —
— Si, si, adiós mama — le colgó antes de que pudiera
replicar.
Vio haber si había otro mensaje ahí. Había uno, de los
padres de Kelina.
— Hola, Isabella,
pasamos a decirte que hicieron una búsqueda por el bosque que antes tanto le
gustaba a Kelina y sus alrededores, quizás tengamos buenas noticias, mañana el
oficial Maters y nosotros vendremos a informarte sobre los avances de la
búsqueda — fue el mensaje que dejaron los padres de Kelina. Por el tono de
su voz, ellos también parecían algo decaídos, pero se mantenían fuertes gracias
a las esperanzas.
Isabella bajo la cabeza triste, solo quería encontrar a
Kelina.
Ignoro a todo el mundo, como ya le era costumbre desde que
su amiga no estaba. Sus amigas no importaban, ella no quería salir a pasear
justo ahora, cuando su amiga no aparecía, era irritante que creyeran que ella
podría estar bien si Kelina no estaba. Sus familiares también la fastidiaban y
también los ignoraba. Las únicas personas que le interesaba ver eran, los
padres de Kelina, y algún oficial que pudiera darle razones de su paradero. Los
demás, no interesaban.
Y asi se hizo tarde, todo el día se le paso volando y ella
estuvo igual, cada día parecía consumirse más en sí misma, parecía una versión
muy opuesta de la verdadera Isabella.
Esta vez decido acostarse temprano, solo para descansar de
su día, que había sido horrible para ella. Aunque no esperaba soñar bien, solo
tener al menos un poco de descanso.
Se acostó en su cama como siempre y no supo cuan cansada
estaba hasta que estuvo entre sus sabanas. Cayó rendida a los sueños…
— Isabella — escucho una agradable voz — Isa — volvió a
llamarla.
Esa voz, esa voz…
— Isa, no estés asi —
Esa voz, era de Kelina.
— No te preocupes, estoy bien — su voz tranquilizadora le
daba paz — no volveré pero estoy bien, donde estoy soy feliz, estaré bien.
Y eso fue lo último que escucho en su sueño.
Despertó sintiéndose extrañamente más tranquila, aunque
había sido un sueño, se sentía mejor.
Al poco tiempo escucho que tocaban la puerta, seguramente
eran los padres de Kelina y el oficial.
Bajo las escaleras y justo cuando estaba cercas de abrir se
detuvo en la mesita junto a la pared, ahí había algo.
Miro con más detenimiento y noto que era un pequeño papel.
Lo tomo y leyó la simple frase sin firma en el.
“Estoy bien”.
Isa casi lloro pero se controlo. Esa letra, podría decir que
era la de Kelina, pero no estaba escrita muy personal. La letra de su amiga se
parecía a muchas, sin embargo, sin tener alguna lógica, Isabella supo que su
amiga se había despedido de ella y estaba bien.
Calmada, o fingiendo estarlo, abrió la puerta para
encontrarse con los rostros deprimidos de los tres adultos. No tenían noticias,
supuso.
— Isabella… — la mama de Kelina no supo continuar.
— Nos dejaron una nota — eso sorprendió a Isa por un segundo
pero luego sonrió levemente, seguramente ellos no habían soñado, hubiera sido
demasiado, pero al menos también se despidió.
— ¿A si? — isa intento sonar sorprendida.
— Si, decía que estaba bien pero no a buscáramos — sollozo
la madre de Kelina, aun asi, se notaba que al menos le calmaba un poco la
angustia saber de su hija.
— ¿crees que pueda sernos de ayuda?, ¿a ti también te mando
una? — el padre de Kelina sonó ansioso pero isa solo negó con la cabeza.
— No se alarme señor, quizás solo sea un engaño, recuerde
que muchos saben lo que ocurrió con su hija y hay gente maliciosa que no se
tienta en corazón para lastimar a las personas…
— Yo creo que ella está bien — Isabella los interrumpió.
— ¿Por qué lo crees Isabella? — le pregunto la mama de su
amiga.
— Porque hay que creerlo — replico — no pueden solo pensar
que Kelina está completamente mal, tiene que tener fe en que está bien, ¿y
porque esa nota no puede ser de ella? — los contradijo — yo voy a creer que
ella está bien — se prometió.
Los padres de su amigo la miraron anonadados, sabían que era
una locura, pero ellos también habían deseado creer desde que había aparecido
esa pequeña nota.
“Estoy bien, no volveré, no me busquen, pero les aseguro, estaré bien
K.”
— Isabella, creo que nosotros, también confiaremos, nuestra
Kelina, en algún lugar está bien — sonrió el padre de ella.
Al irse ella volvió a mirar la nota.
Si, ella estaba bien. Ambas lo estaban ahora.
FIN.
One-shot de Cristal Rosenberg “Blue Rose”
~ Un adiós en un sueño ~
No hay comentarios:
Publicar un comentario